Esta es una experiencia promovida desde MBA Executive de IEN-CEPADE-UPM como trabajo dentro de la asignatura RED

jueves, 16 de junio de 2011

Emprender y fracasar ¿compatible?

Articulo de referencia: Miedo al fracaso
Fuente: El blog de Carlos Guerrero
Fecha: 17/7/2010
Autor del articulo: Carlos Guerrero



Parece que  existe ya mucha “literatura” y análisis sobre el asunto y casi toda va encamináda en la misma dirección, el miedo al fracaso del emprendedor español tiene un origen más racional, el riesgo de perderlo todo y las dificultades para poner en marcha proyectos (administrativas y financieras).
En esos aspectos está el core del “miedo a emprender” que caracteriza, según dicen nuestra economía.

Pero analicemos más profundamente la situación.

En un país en el que el 90% del tejido empresarial lo forman las PYMES no entiendo muy bien lo de que en este país se emprende poco.  El 60% del PIB y el 80% del empleo proviene de las PYMES. La mayor parte de estas PYMES son o han sido en su origen de carácter familiar.
Vale, que no se emprende demasiado de forma innovadora, con aeroespcio, bits, html, ingeniería genética, y esas cosas. Entonces sí. Empieza a parecer que si no eres Mark Zuckerberg, Richard Branson o Amancio Ortega no eres emprendedor. Y personas y experiencias emprendedoras las tenemos cada vez que doblamos una esquina.

Por lo tanto, quizás debamos diferenciar entre diferentes tipos de emprendedores.
Y entonces lleguemos a la conclusión de que los emprendedores y además innovadores son lo que realmente escasean en nuestro país.

Pero entonces ya estaremos introduciendo más factores en la ecuación.

Poner en marcha una idea, si además es sofisticada, innovadora o conlleva cierto grado de dificultad técnica o tecnológica, no es fácil, al contrario ha de ser muy duro y no solo por las cuestiones administrativas y financieras. Requiere mucho esfuerzo y obviamente ante el fracaso probablemente no se tengan muchas ganas de repetir, más si encima has perdido parte importante de tu patrimonio.

Por lo tanto, aparte de excusas administrativas y temores a perderlo todo, lo fundamental de la creación de algo es que normalmente requiere un gran esfuerzo, esfuerzo relacionado no solo con la superación de esas trabas sino con el propio proceso de estudio, planificación, configuración y acción de la idea.

Si después de todo ese trabajo, solo se obtiene el fracaso, pocas han de ser las ganas de volver a empezar.


Está claro como venimos diciendo, que en España la labor del emprendedor no es sencilla ni fácil, pero no creo que no exista segunda oportunidad para el emprendedor que de verdad crea en su proyecto.

Yo no puedo estar de acuerdo con el artículo, en el sentido de que no exista segunda oportunidad para los emprendedores fracasados, todos los que conozco que han pasado por situaciones de ese tipo han seguido adelante y sus pérdidas no les han supuesto una situación tan irreversible y dramática como plantea el articulo.

Por lo tanto, me da que parte de los estudios en los que se basan esas afirmaciones reflejan el descontento con la situación pero no creo que reflejen el espíritu real de los emprendedores.

Por supuesto que deberían de realizarse reformas en el sentido de facilitar los trámites y reducir la burocracia administrativa y quizás se debería enfocar de una manera menos dura el riesgo por las responsabilidades del emprendedor.

Pero cuidado, en este último sentido también hay que ser consciente de que el fracaso de un emprendedor supone por lo general una serie de impagos a otras empresas y a trabajadores, tampoco se debe caer en el error de dejar sin protección a estas partes que no tienen por qué asumir los riesgos del emprendedor.


Que exista la posibilidad de que el emprendedor responda con su patrimonio supone una garantía para evitar actos malintencionados o imprudentes o directamente inconscientes que puedan suponer perjuicio a terceros.
Ese riesgo además de servir de garantía puede servir como estímulo para que los proyectos sean más exigentes, más elaborados, mejor planificados y estudiados y sean financiados con garantías.

Se podría buscar una articulación distinta para dotar de garantías a los terceros, pero me temo que se buscaría una solución a cuenta de la administración y eso sería jugar con “pólvora del rey” algo que tampoco me parece correcto.

Joven aunque deficientemente preparado

Artículo: La generación mejor preparada o no

Sección: Empleo y Directivos
Fecha: 29-05-2011
Enlace: http://www.cincodias.com/articulo/directivos/generacion-mejor-preparada/20110528cdscdidir_1/

Resumen

Artículo de Alfonso Simón en el que se realiza un análisis de la situación de los jóvenes españoles en relación con su preparación y actitud para su inserción en el mercado laboral. Se señalan las posibles carencias que los jóvenes profesionales muestran y las dificultades que podrán encontrar a la hora de incorporarse al mercado laboral.



Análisis

El cambio de modelo económico tan nombrado en estos últimos tiempos es un aspecto en el que muchos solo están viendo una cuestión de creación de nuevos sectores y actividades que nos permitan volver a la senda del crecimiento de una forma más sostenible y prolongada en el tiempo.
Dotar la actividad económica de campos de desarrollo de mayor valor añadido basados en la innovación y en la cualificación técnica y tecnológica de nuestro tejido industrial y empresarial no es una cuestión ni tan sencilla ni tan superficial como algunos pretenden. Parece que con el mero diseño de planes más o menos elaborados y con la consiguiente dotación de inversiones vía gasto público vamos a poder conseguir “el Dorado” del cambio de modelo económico.

Los cambios de este tipo requieren una profundidad mucho más amplia y que afecta a otros muchos aspectos de la vida.

Sin un cambio cultural y social no se podrá recorrer el camino hacia modelos más sostenibles e innovadores. Los cambios estructurales que implican la búsqueda de ese nuevo modelo han de afectar a nuestros ámbitos (y hábitos) sociales y culturales.

No basta con cambiar el modelo, hay que ser competitivo. Y en este sentido, sin menospreciar el, a mi modo de ver, gran nivel de muchos profesionales en nuestro país, estamos también varios pasos atrás respecto nuestros competidores, sobre todo los jóvenes, quienes van a encontrarse con una dura competencia igual (o mejor)  preparada técnicamente y con otras habilidades y mentalidades mas dinámicas.

La situación de los jóvenes en España en este sentido es bastante complicada aunque tengo la percepción de que existen ya ciertos cambios fruto de la situación actual y la necesidad.

El riesgo de este proceso de cambio es que esté requiere mucho tiempo y se corre el peligro de que por el camino aparezca alguna otra posibilidad de “pelotazo” económico y se deje de profundizar en lo realmente importante del cambio de modelo.

Pero volvamos al artículo. Como decía, se requieren cambios más profundos y entre ellos están la capacitación y actitud de quienes van a tener que protagonizar esos cambios.


Al igual que el artículo y los comentarios de los expertos que aparecen en él, pienso, que dos son los problemas fundamentales que tienen los jóvenes profesionales en estos momentos para conseguir ser competitivos:

-          La poca actitud para la movilidad geográfica.
-          Y su escasa preparación y nivel en idiomas

Habría que añadir un tercero que es la calidad de nuestro sistema educativo, excesivamente teórico e indiferente a las verdaderas necesidades del mercado y la empresa.

Tal como se comenta en el artículo, el futuro ya no será como el pasado, la facilidad para absorber la mano de obra cualificada o no dentro de nuestras fronteras se acabó, la necesidad de buscar nuevos mercados será la pauta del futuro. Sin una predisposición a la movilidad y sobre todo una correcta preparación en idiomas nuestros jóvenes no serán competitivos por muy buenos profesionales que sean.

Además, esta situación será al mismo tiempo consecuencia y origen de determinadas situaciones, resultado y solución, por un lado ayudara a la solución del grave problema del desempleo pero por otro conllevara un enriquecimiento personal y profesional de nuestros profesionales y la adquisición de una potencia laboral altamente cualificada y dinámica que podrá en algún momento regresar a España y desarrollar todo su potencial.

Pero volvemos a repetir, esta situación solo será posible con la articulación de sistemas que permitan un cambio más profundo en nuestros hábitos sociales y culturales.

Es llamativo una circunstancia que se comenta en el artículo, cuando en el resto del mundo los profesionales ya tienen asumido y ampliamente asimilado el uso del inglés como segunda lengua y se comienza a establecer la necesidad del dominio del chino, en España el porcentaje de jóvenes que puede defenderse en el idioma ingles es muy pequeño.

Esta situación sumada a la calidad de nuestra enseñanza, fundamentalmente teórica y alejada de los requerimientos que el mundo económico y el mercado laboral solicitan son los más graves problemas que nuestras aspiraciones de conseguir un nuevo modelo económico pueden padecer.

Solo las economías más dinámicas en el aspecto de la movilidad geográfica han sido las que desde hace décadas han conseguido posiciones de liderazgo. Norteamericanos, ingleses, alemanes, japoneses, franceses y otros en menor medida, han exportado a sus profesionales al extranjero, ya sea en ejecución de proyectos concretos ya sea como destino más prolongado para el mantenimiento de sus actividades. Es decir, han ido allí donde han querido mantener mercado. España ha empezado esa acción solo en las dos últimas décadas y limitada al ámbito sudamericano.

Pero además, en España no hemos pasado, por ejemplo, de realizar reclamaciones universitarias encaminadas a si hay que estudiar x horas o x+1, si los créditos han de ser y o y+1, si debe haber dos niveles profesionales o diez, si hay que repetir o pasar con asignaturas suspensas, etc, etc, etc. A mi modo de ver, superficialidades con las que nos hemos entretenido sin ir al fondo del asunto: que pide la sociedad y que viejas estructuras educativas acomodadas en sus funciones hay que eliminar para poder realizar los cambios verdaderamente importantes, como por ejemplo, potenciar el intercambio con empresas y centros extranjeros, introducir en el ámbito académico más profesionales con experiencia empresarial, introducir los idiomas de manera troncal en la enseñanza, desde primaria, etc, etc.


Los sistemas educativos tienen mucha responsabilidad en la situación creada, quizás toda y no pueden esquivar sus responsabilidades compartidas con los políticos. Pero son la única clave para que el camino del cambio del modelo y estructura económica de este país tenga éxito, por qué sus acciones inciden directamente en la formación profesional y personal de las futuras masas laborales, por qué de sus acciones se concretan las materias y especialización de los futuros profesionales, pero también por qué pueden influir en ese cambio más profundo de los hábitos y costumbres culturales y sociales.

Biocombustibles versus Alimentos

Artículo: Frente común contra el apoyo de los biocombustibles

Sección: Economia-General
Fecha: 12-06-2011

Resumen

Artículo de agencia en el que se informa sobre las presiones desde distintos ámbitos para la eliminación de las subvenciones y ayudas públicas a los biocombustibles. Cita informes realizados por 10 agencias internacionales incluidos el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, en el que se pide eliminar el apoyo a los biocombustibles.



Análisis

No lo van a tener fácil los estados, las empresas y los usuarios que tengan decididas intenciones por apostar por el desarrollo de los biocombustibles.
Y no lo van a tener fácil, por qué probablemente sea un campo en el que las decisiones en uno u otro sentido más efecto pueden tener en otros campos de la economía mundial, y también en el día a día de grandes grupos de población, como casi siempre los más desfavorecidos.

Como toda innovación que pretenda un cambio de modelo, en este caso energético, aquí el desarrollo de los biocombustibles no solo está teniendo la oposición de los que pueden ser sus competidores inmediatos, las petroleras, oposición por otra parte evidente, aunque estas están haciendo esfuerzos por controlar su desarrollo, siendo probablemente las que más estén invirtiendo en su investigación. Se suma además la oposición de quienes por naturaleza idearía se oponen a toda ayuda gubernamental a cualquier actividad económica. Pero no solo eso, en este asunto además existen otras implicaciones y no menos importantes.

El desarrollo de esta fuente de energía, debida a su naturaleza, implica el uso de grandes cantidades de materias primas agrícolas o vegetales, como este desarrollo está subvencionado, el mercado de estas materias primas está siendo alterado, como siempre por los especuladores, aprovechando “que el Pisuerga pasa por Valladolid”, pero no solo por ese factor, antes más, muchos productores agrícolas están comenzado a destinar sus cultivos a producir materia prima para estos biocombustibles, consecuencia, los descensos en la cantidad de materia prima destinados a alimentación humana comienzan a ser significativos y como consecuencia se empiezan a elevar los precios de los alimentos, aquí es donde entran los amigos de la especulación.

La solución de todo este batiburrillo, para variar, se plantea solo en una dirección, la eliminación de las ayudas, con el fin de que el mercado deje de estar artificialmente alterado. Desde luego, parece ser que el juego de las petroleras y de los especuladores no altera los precios de estos productos.

Si estas presiones solo vinieran desde un bando, la cosa estaría entendida, pero son también otras organizaciones internacionales las que se están postulando en el mismo sentido, Programa Mundial de Alimentos, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, también se muestran más o menos favorables a la eliminación de estas ayudas.




El problema es que el aumento de los precios de los alimentos afecta a grandes masas de la población que tienen más complicado el acceso a los alimentos y esto en combinación con alguna otra situación, sequias, malas cosechas, etc, suele ser sinónimo de hambrunas.

¿Qué hacer pues? Difícil dilema. Por una parte todo el mundo tiene claro que el modelo energético actual ha de revisarse, es cuestión de tiempo, tanto por la disponibilidad de los combustibles fósiles, como por la problemática medioambiental.

Por otra parte, el desarrollo de cualquier innovación en este sentido, como ha sido casi siempre en este y otros sectores, ha de estar apoyado mediante  subsidios o ayudas públicas, por lo menos en sus fases iniciales de desarrollo.

Pero si va a ser a costa de la disminución de los alimentos y su encarecimiento con las consecuencias ya comentadas, son justificables ciertas oposiciones a estas ayudas.

Más cuando parece que al resto de agentes actuantes en este asunto (especuladores y mercados) nadie quiere, o se atreve, o sabe cómo meterles mano y regular sus actividades.

El uso de los biocombustibles no puede esperar, es necesario continuar con su desarrollo ya que hay que ir teniendo todas las alternativas tecnológicas a los combustibles fósiles preparadas para cuando llegue el momento, pero más urgente que eso son las necesidades de alimentación del ser humano y de los países más desfavorecidos.

Quizás, este terreno de la innovación tecnológica, el de los biocombustibles, deba aplazarse un poco en aras de ordenar y solucionar otras prioridades más acuciantes. Y mientras tanto ir pensando no solo en un cambio de modelo energético, sino también en un cambio de modelo de mercado, por lo menos en mercados fundamentales como el de los alimentos.