Esta es una experiencia promovida desde MBA Executive de IEN-CEPADE-UPM como trabajo dentro de la asignatura RED

jueves, 16 de junio de 2011

Biocombustibles versus Alimentos

Artículo: Frente común contra el apoyo de los biocombustibles

Sección: Economia-General
Fecha: 12-06-2011

Resumen

Artículo de agencia en el que se informa sobre las presiones desde distintos ámbitos para la eliminación de las subvenciones y ayudas públicas a los biocombustibles. Cita informes realizados por 10 agencias internacionales incluidos el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, en el que se pide eliminar el apoyo a los biocombustibles.



Análisis

No lo van a tener fácil los estados, las empresas y los usuarios que tengan decididas intenciones por apostar por el desarrollo de los biocombustibles.
Y no lo van a tener fácil, por qué probablemente sea un campo en el que las decisiones en uno u otro sentido más efecto pueden tener en otros campos de la economía mundial, y también en el día a día de grandes grupos de población, como casi siempre los más desfavorecidos.

Como toda innovación que pretenda un cambio de modelo, en este caso energético, aquí el desarrollo de los biocombustibles no solo está teniendo la oposición de los que pueden ser sus competidores inmediatos, las petroleras, oposición por otra parte evidente, aunque estas están haciendo esfuerzos por controlar su desarrollo, siendo probablemente las que más estén invirtiendo en su investigación. Se suma además la oposición de quienes por naturaleza idearía se oponen a toda ayuda gubernamental a cualquier actividad económica. Pero no solo eso, en este asunto además existen otras implicaciones y no menos importantes.

El desarrollo de esta fuente de energía, debida a su naturaleza, implica el uso de grandes cantidades de materias primas agrícolas o vegetales, como este desarrollo está subvencionado, el mercado de estas materias primas está siendo alterado, como siempre por los especuladores, aprovechando “que el Pisuerga pasa por Valladolid”, pero no solo por ese factor, antes más, muchos productores agrícolas están comenzado a destinar sus cultivos a producir materia prima para estos biocombustibles, consecuencia, los descensos en la cantidad de materia prima destinados a alimentación humana comienzan a ser significativos y como consecuencia se empiezan a elevar los precios de los alimentos, aquí es donde entran los amigos de la especulación.

La solución de todo este batiburrillo, para variar, se plantea solo en una dirección, la eliminación de las ayudas, con el fin de que el mercado deje de estar artificialmente alterado. Desde luego, parece ser que el juego de las petroleras y de los especuladores no altera los precios de estos productos.

Si estas presiones solo vinieran desde un bando, la cosa estaría entendida, pero son también otras organizaciones internacionales las que se están postulando en el mismo sentido, Programa Mundial de Alimentos, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, también se muestran más o menos favorables a la eliminación de estas ayudas.




El problema es que el aumento de los precios de los alimentos afecta a grandes masas de la población que tienen más complicado el acceso a los alimentos y esto en combinación con alguna otra situación, sequias, malas cosechas, etc, suele ser sinónimo de hambrunas.

¿Qué hacer pues? Difícil dilema. Por una parte todo el mundo tiene claro que el modelo energético actual ha de revisarse, es cuestión de tiempo, tanto por la disponibilidad de los combustibles fósiles, como por la problemática medioambiental.

Por otra parte, el desarrollo de cualquier innovación en este sentido, como ha sido casi siempre en este y otros sectores, ha de estar apoyado mediante  subsidios o ayudas públicas, por lo menos en sus fases iniciales de desarrollo.

Pero si va a ser a costa de la disminución de los alimentos y su encarecimiento con las consecuencias ya comentadas, son justificables ciertas oposiciones a estas ayudas.

Más cuando parece que al resto de agentes actuantes en este asunto (especuladores y mercados) nadie quiere, o se atreve, o sabe cómo meterles mano y regular sus actividades.

El uso de los biocombustibles no puede esperar, es necesario continuar con su desarrollo ya que hay que ir teniendo todas las alternativas tecnológicas a los combustibles fósiles preparadas para cuando llegue el momento, pero más urgente que eso son las necesidades de alimentación del ser humano y de los países más desfavorecidos.

Quizás, este terreno de la innovación tecnológica, el de los biocombustibles, deba aplazarse un poco en aras de ordenar y solucionar otras prioridades más acuciantes. Y mientras tanto ir pensando no solo en un cambio de modelo energético, sino también en un cambio de modelo de mercado, por lo menos en mercados fundamentales como el de los alimentos.

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